Aramusa28

Sobre Arte y algunas de sus manifestaciones

Archivar para el mes “febrero, 2016”

IMPOTENCIA

IMAGEN DE IMPOTENCIA

No podrán nunca acallar con violencia mi alma de soles mojada,

no podrán jamás maniatar con crueldad mis sueños de valores perfectos,

no podrán ni siquiera atisbar las razones sutiles de mi gran rebelión,

no podrán trastocar la estrategia invencible de mi loco juego,

ni conocer por asomo aquel laberinto donde suelo perderme,

porque como herencia genética de pájaro libre, miraré el arcoíris,

y como gaviota que ha sido errante a parajes insólitos desterrada,

y sin piedad torcidas y quemadas las puntas de sus ideas blancas,

seré sostenida por la luz eterna que enciende mi aura silente,

para como poderosa Fénix lograr transmutarme entre secas cenizas.

No podrán entonces borrar la huella perenne de mis buenos dones,

ni repartir olvidado mi desordenado cuerpo en frías catacumbas;

pues como callada raíz sembrada por Dios en páramos ocultos,

romperé desde adentro la montaña de la tierra que me oprime,

y como flor de enormes espinas erizadas, pero flor todavía,

brotaré victoriosa y serena en el tiempo que me toque vivir,

para tender nuevamente mi voz inconclusa de verdades sellada.

analuisa.rubio@yahoo.com

3 de Noviembre de 2014

https://soundcloud.com/ana-luisa-rubio/impotenciaxxx-1

 

[

CUIDADO!!! se RENTA habitación (historia de aguas pasadas)

Dibujo

Todo parece indicar que me quieren rendir por inanición o desesperación.
 Mi casa es una casa hermosa, en pleno Vedado habanero y que ocupa el espacio de 240 m2 .Sería muy conveniente para algunos, que yo la vendiera a “cualquier precio” y partiera en desbandada a otro país o que muriera de muerte “natural”(sin herederos) por stress continuado de origen ”personal”. Hay muchos “tiburones” esperando con la boca abierta.
 Después de no pocos esfuerzos y sacrificios por falta de economía, logro a finales del mes de diciembre cumplir mi objetivo y comenzar mi incipiente negocito para sobrevivir “mientras tanto”, luego de estar censurada como actriz por mis “opiniones”
Los primeros días todo correcto, inmediatamente tuve clientes, una pareja de rusos un día y después tres días más de un abogado ruso. Todo marchaba de maravillas, llegué a creer que se avecinaban “cambios”, parecía que al menos en este punto se haría justicia y me dejarían en paz. ¡Qué bobería la mía!
 Día 12 de enero 2013, el abogado ruso que se había marchado a provincias; a su regreso a la Habana para regresar a su país, debía hacer una estadía de una noche por lo que regresó a mi casa, sólo por ese corto período. No tenía por qué haber complicaciones, al menos así debía ser.
 Pero…ya estaban al acecho, ya estaba Durán, la rata sicaria, mi represor más recalcitrante de turno, en estos tiempos, coordinador del CDR, (Comité de Defensa de la Revolución) connotado oportunista, abusador que se vale de su miserable poder, miembro honorable del DTI (Departamento Técnico de Investigación) y la Delegada (Poder Popular) a la cual no conocía y por la que no voté, tan mediocre como sus antecesores; en sus marcas, listos para el acoso premeditado. Lamentablemente encontraron lo que buscaban, un resquicio.
 El señor ruso, abogado, esta vez había rentado un jeep grande, de esos modernos y por supuesto necesitaba ponerlo a buen resguardo de los pillos u otro mal  como se lo exigía su contrato. Ya que  mi espacio particular para estos fines “no estaba disponible”, le pedí por favor al subdirector del Teatro Raquel Revuelta que colinda con mi casa, que me permitieran parquear por un pequeño rato, mientras mi pobre y agotado cliente que venía de un largo viaje manejando, bajaba sus pertenecías tomaba un baño y se trasladaba con jeep y todo, cuando bajara a comer, a un parqueo oficial muy cerca que  estaba acordado con antelación.
Debido a que  mi petición no era para nada extraordinaria y este parqueo está al aire libre, sin cerca privativa ni contención alguna, vacío en ese instante por demás y sin otro impedimento, el subdirector accedió amablemente pues esto no le causaba daño ni perjuicio a nadie y como persona educada que era, manifestó que era un placer para él servir sin discriminación de ningún tipo, siempre, por supuesto, respetando lo establecido por las ley o las reglas que le competían. Dicho y hecho.
Lo que ocurrió entonces fue impensable e intentaré narrarlo aunque me parece casi imposible, pues es casi inenarrable.
Mientras yo lo ayudaba a bajar sus cosas, la rata sicaria, Durán, «siempre con la guardia en alto»se abalanzó hacia el ruso con gritos y amenazas, manoteándole y diciéndole con su voz ronca casi ininteligible
-“Ahí (tú) no puedes  parquear y punto!.. o te llamo una grúa”. El ruso lo miraba estupefacto, no entendía nada, pues además del idioma y la ronquera habitual del sicario, había visto cuando yo pedía permiso al funcionario autorizado para ello y se me autorizó.
Como yo sí sabía lo que había en el fondo de todo, lo que se  barruntaba o sea la maldita política manipulada de siempre por destrás,  oculta, estaba indignada, pero tragando en seco y haciendo acopio de más allá de mi paciencia para no confundir  a mi cliente encima de lo que ya se encontraba, traté de hacerle ver al Durán desde la punta de mi hígado enfermo de asco, que él no tenía autoridad en el Teatro, que…que.. Fue peor, al minuto ya estaba una patrulla (carro policial) más eficiente que nunca, dispuesto a “cargar con los “presuntos delincuentes”
Lo gracioso de esta farsa justiciera,de este circo polítiquero,  era que el policía de la patrulla, parecía no entender nada tampoco y el pobre, casi se equivoca y nos da la razón pero “alguien”, por la planta lo hizo «aconsejarse». Unos metros más allá el subdirector del Teatro, que se sentía entre dos fuegos, discutía con indignación reprimida con la rata Durán y con la Delegada, la cual “trabajaba” rastreramente sin oír todas las partes ni presentarse educadamente,  acosando al subdirector para que botaran al ruso y su jeep de allí «inmediatamente” de acuerdo a no sé qué ley  inventada oportunamente.
Casi por sorpresa, otra patrulla, con cuatro policías más en su interior, se sumó a la captura, parecía una redada a la mafia rusa y sus cómplices,.
Yo me sentía a punto de una alferecía ante tamaña manipulación y atropello de la verdad y  la justicia y violación de los derechos humanos más elementales. Justo en ese momento, se me ocurre mirar y…y… ¿el ruso?
Dejé a todo el mundo con la palabra en la boca y subí las escaleras de mi casa aturdida con la intención de saber qué ocurría, si el ruso estaba, si se sentía mal, si había decidido marcharse, me sentía preocupada y triste a la vez.
 No, ahí estaba él, sonriente,  magnífico, con absoluto control de la situación, saliendo del baño que ya se había dado en esos minutos de escape de la redada y como me viera la cara que yo traía, en un acto hermoso y solidario se me acercó y dándome una palmadita en el brazo me dijo cariñosamente bajito, como el que empatiza con toda una verdad por experiencia en carne propia:
  – «Ana, no está así, eso le hace daño, no se preocupa, yo volverá a su casa con mi familia. Usted y su casa me gustan mucha, recuerde que yo soy ruso y abogada yo conozca bien esta film.»
Fue como un bálsamo, nos miramos profundamente, conspirativamente, sin palabras, no eran necesarias, ambos estábamos marcados con el  mismo hierro para siempre; eso nos convertía en parte de un mismo dolor que nos unía como hermanos universales. Simplemente en silencio bajamos  relajados a sacar el jeep del susodicho parqueo para llevarlo hacia  el otro sitio ya pactado; ahí estaban las dos patrullas y como  8 policías y toda la tropa de apoyo y acólitos, yo temía lo peor, pues todos nos miraban expectantes, al acecho y la rata Durán, realizada pero tensa, esperando el menor error.
Nadie sabía que iba a pasar, cuando en ese momento, sin mirarlos, ignorándolos soberanamente, con toda la calma y el relajamiento de quien sabe que no ha cometido delito alguno y conoce muy bien la ley Internacional y sus derechos, por lo que se siente seguro, protegido , y no es una mujer de la tercera edad, sola, de la que se puede abusar impunemente, sino un hombre joven, apuesto y valiente y sobre todo «extranjero en Cuba», se montó en su jeepón elegantemente, arrancó el motor, (nadie respiraba) y como inevitablemente tenía que pasar muy cerca de “ellos”, levantando la mano derecha cerrando el puño, haciendo un gesto de victoria, aparentemente ingenuo y sonriente,  mirándolos enigmáticamente de frente y sonando todo su acento ruso al arrastrar las erres a su manera,  les espetó:
 -“No imporrrrta camarrradas, yo parquea hasta en la Morrro, ¡Vencerrremos!” y un policía presente que no entendió nada y mucho menos la ironía, también levantó el brazo movió la mano como un robot alegre que era abducido y sonrió estúpidamente.
 Supe días después, que el subdirector del Teatro se quejó y hubo que darle disculpas, y a mi…ni el sol.
Hace muchos días ya y no he vuelto a tener otro cliente y me dijo una arrendadora, con gran secretismo, que «alguien» les había dicho que yo era de «eso» de los Derechos Humanos.
-¡Imagínate mi amiga, si te mandamos clientes…ya tú sabes!!!
No dije nada, casi me le sonreí pensando,  sentía que  alguien además de mí en el mundo, me comprendía, eso me protegía.
 No importa, yo también “parquea hasta en la Morrrrro… y algún día ¡Venceremos!, (los que hoy sufrimos).
 
 

analuisa.rubio@yahoo.com
1ro. de febrero de 2013

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