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Sobre Arte y algunas de sus manifestaciones

La decisión de Ana

LA DECISIÓN DE ANA collage

 

 

La decisión de Ana

 

Era el momento, había que decidir entre cuál de los tres se iría o se quedaría.

No era cuestión de Tin Marín que dos Pingué, no era tan simple.

Ellos lo sabían y te perseguían constantemente con su mirada acusadora y suplicante.

–Soy yo!

–Mírame a mí!

–Yo soy el escogido!

–Eyyyyy!

Trataba de no verlos, de no mirarlos, de no darme cuenta qué decían, de ser imparcial y justa.

Imposible en el amasijo de amores diferentes pero único cada uno en sí mismo.

No podía dormir con tanta culpa arrinconándome contra mí misma.

Disimulaba haciéndome la que no percibía todas sus aspavientosas señales de angustia y desesperación para no ser el seleccionado del abandono.

Llegó el día, no podía y tenía que.

Se me trastrabilló el alma en esa decisión.

Lo alcé en vilo, a él,  al más viejo, al más débil y enfermo, al peor para llevar a donde me dirigía, huyendo sin opción de un gobierno fascistamente asesino que estaba a punto de llevarse lo que Dios me regaló un día, mi vida.

No miré atrás pero los veía, ahí,  confusos y despavoridos; indefensos…traicionados.

Allí se quedaron sin emitir siquiera un sonido, sin derecho a una protesta, con amigos pero huérfanos al fin, solos los dos, mis mininos, mis mascotas, mis niñitos amados, alcanzando solamente a despedirse apresurados de la mirada ciega pero solemne y respetuosa de mi perro, “el escogido” para venir a un mundo quizá muy grande para nuestros años y desprovistos de todo aquello que uno acumuló con trabajo y denuedo, de todo lo que creíste seguro y bueno, de todo lo que amasaste con la mayor delicadeza y la calidez dulce del amor, con la esperanza de una vejez de protección y respeto si no hubiera un sátrapa milenario que se robó todo el Derecho Cubano.

analuisa.rubio@yahoo.com

8 de septiembre de 2014

 

 

 

 

 

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